FRAMMENTI PER UNA PIÙ MITE RIVOLUZIONE


(Antonio Bux “23 – FRAGMENTOS DE ALGUIEN”)

Eleonora Mozziconi
Davide Toffoli


23 – Fragmentos de alguien è una pubblicazione bilingue del 2014, della Colección Illuminaciones delle Ediciones Ruinas Circulares di Buenos Aires, dedicata ad uno dei più geniali poeti del secondo Novecento spagnolo, Leopoldo María Panero, spentosi nell’ospedale psichiatrico di Gran Canaria il 5 marzo del 2014, alle ore 23. In questa opera Bux ha scelto singolarmente di comporre i propri testi prima in Castigliano e di tradurli, solo successivamente, in Italiano. Un volume intenso e dilaniante già nella dedica: “(…) Como en el hundir azul de una piedra sobre el lecho marino, espero que se quede de estas poesías el estruendo, aquel agujero en el agua que no lleva hacia ninguna superficie, pero que rechaza en otro lugar la palabra, allí donde no se puede ahogar, pero tampoco remontar.”. Una sfida coraggiosa al gigantesco nulla, con sembianze spaventose da mostro, nella disarmante consapevolezza di essere a due passi dal cuore del labirinto.

Poesia come sfida, quindi, ma anche come enigma; si pensi alla citazione evocativa in apertura: “Y sabed que vuestro pecado os alcanzará” (Números 32:23). Poesia come arte di affrontare il mistero e l’abisso, ma anche come esperienza, come “Big Bang in miniatura che ripropone sul foglio l’origine del mondo. Poesia come “occasione” e nutrimento del pensiero, come ci suggerisce finemente l’introduzione di Valerio Nardoni. Una lettura, per nulla facile, che si impone però con una serie di elementi che sembrano caratterizzarla e ci accompagnano in questa sfida all’abisso. Tra tutti, a nostro avviso, il più suggestivo e toccante è quello del “vetro”, contraddistinto da fragilità apparente e pericolosa trasparenza, capace di aprire scenari fisici e non solo mentali: “Cuando el día quebrado rompe / su costado hacia el abismo / no quedan ya sombras cercanas, / quizá fragmentos de alguien, / perfiles hundiéndose en el humo / que sobrevive a lo infinito del vidrio.”, oppure “Si no dentro de ti / buscar otra imagen / de alguna forma / más allá del vidrio / y fundir el alma / con el vértigo de ser / dividido por un confín / – una huella de la nada – / así que todo sea todo / y los rostros algo menos.”, e ancora “Siempre hay un vidrio que, antes / del vidrio, ya es proyección futura. / Pero siempre también hay un vidrio / que es, después del vidrio, obstáculo lente / de un presente fragmento.”.

All’apparenza legato a quello del “vetro”, anche l’intrigante tema dello “specchio” (“El espejo de la tierra / no es el hombre / sino su muerte / juntando dos invisibles / vacíos aproximativos.”; oppure “Vivir la tierra con adelanto / significa expulsar cada llanto / hacia el cielo, tan sólo mirando / el espejo común con el ojo de adentro.”, ma anche “Leer como si este hilo / que une las palabras / fuera un espejo blando / que no refleja una imagen / sino la parte invisible,” o “Como cuando / para asomarse más allá del espejo, / se fija un punto preciso del vacío”), che sembra già preludere a quell’unica fuga possibile che consiste nel guardarsi dentro (“Volviendo adentro / la única fuga / una habitación olvidada.”) per arrivare a “partorire poesia” anche dalla morte.

Il gioco preferito è quello del “paradosso”, della apparente “contraddizione”, del “ribaltamento”,
sempre di indubbia efficacia e suggestione: “escribir sobre un papel negro / con el dedo blanco de la muerte, / la palabra hundida, el último silencio.”. Ci sono molti “frammenti” nella poesia di Bux, ma come per una scelta quasi programmatica (“Tendría el hombre que pensar / en puntos, fragmentos de nada / frente al mundo, y no plantar / raíces de ocaso, hojas de azar / que trasmiten en el viento / el último aliento, su inútil mirar.”) e la “parola” stessa sembra frammentarsi: in parola-pietra (“mientras la palabra es una roca / sin fundamento, / y tú eres muro quemado / que brota como un incendio”), in parola-rospo cui pare precluso il volo (“tan sólo sabes la palabra / pero la palabra sólo es un sapo / el sapo escupido cada día / por tu boca sin salto;”), in parola-laicamente sacra capace di trasformarsi in scrittura (“El lápiz es una sombra / extendida de la mano / que dibujando calabra / rompe sus huesos, y ofrece / comida al pensamento / rascándole el alma, / como unas nueces partidas / en millones de fragmentos. / Escribir es la última cena, / el vino amargo echado / sobre la mesa blanca de la hoja.”).

I versi tendono a descrivere, e lo fanno sempre in maniera  minuziosa, la “trasformazione”, il “deperimento”, la “mostrificazione” (“Saber Dios y ver / a este Jano bifronte / susurrando belleza / y amor y muerte / en la oreja invisible / de una verdad anterior; / así el hombre resurge / no ya como ser, sino monstruo / transparente en la espera / de mustiarse por la tierra.”); ma, tra le tematiche più importanti, non si può dimenticare quella del “silenzio” che rappresenta sempre, a nostro dire, alcuni dei momenti più alti: “cuando ya no de carne la lengua quema / – en el silencio de una tierra / estéril abisma – / como gusano en busca de la luz salvadora / transparente al aire de las cosas vanas,”; oppure “Mientras el pez huidizo / de la palabra no remonta / el mar quieto, se descubre / en la apnea del silencio.”; e ancora: Ciega el eterno esplendor, / muere en el torbellino del silencio / y cristalizada yace en el fondo, / en el recuerdo de un instante, / aquella poesía venida / a la luz desde la muerte.”.

È un percorso narrativo assolutamente non lineare quello che ci accompagna, il più delle volte spiazzante (“Qué lindo es vivir / en un sótano. / Puedo soñar con el sol / penetrar por los ventanales”), incisivo e schietto quasi ai limiti del dogmatismo (“Sin embargo prefiero este infierno / al invierno de vuestras sonrisas.”), in altri casi capace di costringerci quasi a ritroso (“Esta ciudad es una película quemada / por un director jubilado, / que rebobina lenta en el tiempo, / y donde mudos actores / recitan su precipitar / en el objetivo roto de la historia.”; ma anche “la ciudad se vuelva de un color ochocientos / y de tu vaso lleno de ajenjo / remonte hacia Baudelaire o hacia Verlaine”). 


Evocative e simbiotiche, le liriche che chiamano esplicitamente in causa la scomparsa dell’ultimo dei “maledetti”, Leopoldo María Panero: “he leído que el más grande poeta de la tierra / Leopoldo María de casi 66 años / en la incumbencia de convertirse en pleno / número de su señor ha decidido / dejar sus queridos bastardos vecinos / con un puñado de mosquitos en la mano caída.”; versi tra i quali il poeta defunto si aggira come uno spettro irriverente (“porque hoy las tinieblas les hacen ilusión a la tierra / mientras el fantasma Panero vaga riéndose / y meando por el mundo sus paredes distintas.”); versi che deflagrano proprio dove sembra aprirsi la ferita (“Estoy llorando el fantasma / de un hombre demasiado sobrevivido / por haber estado nunca. / Esa lápida blanca / que usaste como hoja / ya te invoca y reclama.”). Ci piace sottolineare un’interessante predisposizione di Bux all’incipit destabilizzante (“Hay un gigante tras la página, / un monstruo que crece con exceso / cuando cada pensamiento muere / apagando su línea sobre el punto.”) che ha il potere di trascinarti “nel cuore della questione”.

E’ un universo multiforme quello che si incontra nelle pagine di “23 – Fragmentos de alguien”, che oscilla tra semplice complicità (“A veces pienso, y todavía estamos vivos: / nosotros que vivimos el mismo silencio, ahora;”) e accenni dal sapore vagamente esoterico (“Del regazo de la pirámide / empieza el número / con abrir el calendario, / brotando el cromosoma / varón de vanadio yendo / abajo de un hilo al otro, / donde del biorritmo del sentido / se consigue la divina matemática / del hombre que, por contra, / no es uno, sino un doble / en la posesión trina de todo,”). L’unica possibilità reale sembra quella di dimenticare: “Por lo tanto / olvidar es la palabra - la única / respuesta significativa - la hipótesis definitiva.”.

L’approdo del volume di Bux si riconosce e si scopre, infine, proprio nell’atto di solcare l’abisso, col consueto coraggio che ne contraddistingue il viaggio, in una sorta di ritorno all’origine, verso una più mite rivoluzione: “Cuando un cuerpo surca / el abismo cambia / tendencia al origen, / una vez vuelto / como el río en su propia / nostalgia opuesta, / dónde ya no es / proximidad traicionada / el renacimiento, / sino sólo más quieta / revolución.”.